Para lograr la liberación de la víctima, los sabuesos de la policía científica se batieron a tiros contra el grupo de secuestradores. Cuatro detenidos y un muerto fue el resultado.
La angustia para otra familia guayanesa comenzó desde las 8:30 de la mañana de este jueves, cuando uno de los tipos se comunicó con la esposa de la víctima para notificarle que si no pagaba una alta suma de dinero, no volvería a ver a su marido y ni el carro de él.
Parece fácil de contar pero las horas de zozobra que padecieron los familiares del hombre de 61 años que fue sometido por los maleantes, eran interminables.
Actualmente, la víctima se gana la vida como taxista, tras muchos años de labor en una empresa básica de la región. Este jueves, salió –como de costumbre- bien temprano a ganarse el pan de cada día.
Tal parece que en la avenida Paseo Caroní, a la altura del supermercado Santo Tomé, en Unare II, un par de jóvenes hicieron la señal de costumbre para solicitarle el servicio de taxi, cuando se detuvo frente a ellos y negociaban la supuesta “carrerita” salieron de la nada otros dos tipos y se subieron todos violentamente al Hyundai Elantra azul.
Los desconocidos sacaron sus armas de fuego y comenzó el viacrucis para el sexagenario.
Extorsión
Los bandidos obligaron a la víctima a subir hasta la avenida Guayana con dirección hacia el Core 8, no se sabe en qué punto de la ciudad hicieron el cambio de chofer pero se presume que luego de rodar un buen trecho, uno de los criminales tomó el control del volante para tener mayor dominio del taxista, a quien mantenían en el cojín de atrás.
Cuando los maleantes ya creían tener el control de su macabro plan, se comunicaron vía telefónica con la esposa del señor para informarles que estaban frente a los flagelos de un secuestro, que necesitaban una alta suma de bolívares en efectivo si no desaparecerían el carro y matarían al dueño.
Aunque los familiares se mantuvieron en contacto con los extorsionadores, de inmediato dieron parte a las autoridades. Al parecer, la víctima es consanguínea de un funcionario de la Policía Municipal de Caroní, porque fue desde allí que inició el procedimiento policial que culminó con la liberación del secuestrado.
Fuentes oficiales de la policía científica indicaron, que fueron alertados sobre el caso en caliente a través del reporte dado por el patrullero y de inmediato respondieron a la solicitud.
Las comisiones de la Brigada Contra Robos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) salieron a la calle.
Rastreados
Los tipos no tenían escapatoria, iban a caer pero los funcionarios necesitaban garantizar la integridad de la víctima. El vehículo fue rastreado satelitalmente y en las adyacencias del sector Las Amazonas, en Puerto Ordaz, fue recuperado.
Fuentes ligadas al caso contaron que gracias a la tecnología de punta con que el Cicpc cuenta para estos casos, se pudo dar con la ubicación de los criminales. Fue en una residencia de la invasión 4 de Febrero, adyacente al sector I del Core 8, que se ejecutó el episodio violento que terminó con la liberación del taxista.
De acuerdo al parte policial, cuando los comisionados llegaron a la vivienda fueron recibidos a tiros por el grupo de maleantes, quienes decidieron abrirse paso enfrentando a los detectives. No obstante, su intención no dio frutos y cayeron los cinco.
El fuego cesó con el desplome de quien presuntamente estaba cuidando al taxista que permanecía amarrado adentro de una de las habitaciones del lugar. El hoy occiso fue trasladado hasta el Uyapar pero expiró, respondía al nombre de Ángel Domingo Capote Palma, de 20 años.
Son inocentes
Los detenidos son Junior José Velázquez, de 24 años; Roniel Reinaldo Ruiz, de 23; y dos adolescentes de 14 y 16 años. Según la policía, ellos se encontraban adentro de la casa cuando fueron sorprendidos por los comisionados y fueron los ejecutores del secuestro.
No obstantes, tanto los dolientes del abatido como los familiares de los aprehendidos, negaron la versión policial y aseguraron que todos “son inocentes”.
Vendía tequeños con su mamá
El padre del joven abatido aseguró que su hijo no tenía nada que ver con el crimen, era un muchacho sano que ayudaba a su mamá a vender tequeños. Ángel Capote estaba cuidando esa casa desde hace algún tiempo y fue obligado por el cuarteto de criminales a que mantuviera en cautiverio al taxista.
Según su criterio, en medio de la balacera “cayó el más bobo” (su hijo mayor).
(FUENTE: EL DIARIO DE GUAYANA)