La cuerda está a punto de reventar en el caso de la mujer de 70 años y jubilada de Pdvsa, Estela Larreal, luego que este jueves, 5 de enero, se conociera por fuentes del Cicpc que hallaron rastros de sangre en el vehículo de la señora, un Chevrolet Aveo, placas AA667FA.
Este mismo carro lo conducía el pasado miércoles uno de sus hijos cuando acudió con su hermano a declarar en la delegación sobre el caso y minutos después un grupo de funcionarios de la policía científica fue hasta la casa de la señora en Okinawa para seguir buscando pistas que lleven al homicida o a los homicidas.
“El vehículo permanece en nuestras instalaciones para hacerle las experticias correspondientes”, informó una fuente del cuerpo detectivesco quien además agregó que aún no se ha resuelto el caso policialmente pero que los agentes están trabajando duro en las investigaciones, ya que para tal fin se designaron a un grupo de ocho detectives.
La sangre en el Aveo podría intuir varias hipótesis, entre ellas, que los asesinos no habrían arrastrado a Estela Larreal como se presumía inicialmente sino que, una vez la golpearon, la introdujeron en el vehículo para llevársela a un sitio de liberación.
También, que, el o los asesinos, una vez que mataron a la septuagenaria subieron al vehículo y alguna mancha en sus manos o ropa quedó en el automóvil. Cuando los funcionarios hicieron las experticias en la casa de la señora Larreal, hallaron el celular de la víctima en una parrillera que estaba en el patio de la casa.
Era un táctil que se quedó incrustado entre las rejillas de la parrilla pero que no tocó fondo. La policía certificó a los medios que no robaron nada de la casa y tampoco las pertenencias a la señora Larreal pero sí hubo ensañamiento. Todo esto ocurrió mientras uno de los hijos de la víctima, Marcial González, estaba durmiendo, según su testimonio. Cuando se levantó no consiguió a su madre en la casa, sino que metros más allá del patio la halló muerta.
El Cicpc también informó que la víctima tenía tres fisuras en la cabeza, la golpearon no una, sino varias veces y se cree que habrían utilizado un objeto muy sólido como un bate, aunque esta última hipótesis no se ha confirmado.
Las experticias que hagan a este carro son cruciales porque podrían entonces determinar quién o quiénes estuvieron en él y así en cuestión de horas ya se tendrían a varios sospechosos o detenidos. “No descartamos a ningún sospechoso, estamos investigando a quiénes actuaron en este homicidio con mucha precaución”, informó hace dos días un vocero del Cicpc que trabaja en las investigaciones.
El proceso de experticia al vehículo consiste en una maceración, es decir, extraer, en caso de hallar una mancha de sangre, la sustancia de la misma previo a una limpieza del área donde hallen la sangre. Pero además, el Cicpc debe buscar dentro del vehículo, huellas dactilares de los autores del crimen o colaboradores del asesinato, bien sea en el volante, tablero, palanca, manillas o cualquier otra pieza de la carrocería del vehículo. El pasado miércoles 3 de enero, un delincuente cayó abatido en San Francisco, alias “Chicho Sangriento”, que según informó el Cicpc sí era uno de los delincuentes que denunció la señora Larreal hace cuatro meses, sin embargo, descartaron que haya sido el asesino.
Una fuente en Okinawa informó que la señora Larreal denunció a una banda de hampones que sometieron a una de sus vecinas y por ello se cree que su muerte se deba a una venganza.
Pero desde la sede del Cicpc aún no han determinado las razones del asesinato, han sido muy cautelosos en sus declaraciones.
(FUENTE: PANORAMA)